La segunda curva
Así se titula el último libro de Charles Handy. Handy es una mezcla de filósofo y de pensador del management actual con una carrera profesional y académica larga y con un pensamiento enriquecedor. Su primer puesto de trabajo lo tuvo en la Shell en Singapur hace muchísimos años; luego fue primero profesor y luego catedrático ( tenured) en London Business School, escritor de grandes libros, erudito; un tipo absolutamente excepcional.
El mensaje principal de “La segunda curva” es que para progresar en muchas áreas de la vida , a veces es necesario cambiar radicalmente, empezar un rumbo nuevo que será diferente del existente hasta ese momento; necesitando casi siempre una forma completamente nueva de entender los problemas que afrontamos. Lo que Thomas Kuhn llamó un “cambio de paradigma” . El auténtico problema es que hay que iniciar el cambio al tiempo que la primera curva conserva su vigencia. Esto significa que quienes han estado al timón de la primera han de empezar a pensar en el futuro de forma diferente; o, más probablemente, facilitar a otros la dirección del avance en la curva nueva, lo cual no es nada fácil.
Nos preguntamos: “¿ por qué cambiar si todo va bien?” . Es más fácil ver el cambio cuando la crisis se ve en el horizonte, pero entonces es muy difícil de implantar cuando se van agotando el tiempo y los recursos.
La buena noticia para la “segunda curva” es que a pesar de las alteraciones recientes y muchas partes del mundo, en el último medio siglo las cosas han ido razonablemente bien para la gran mayoría de la gente. Comparemos, por ejemplo, la esperanza de vida, el abanico de cosas que podemos adquirir porque nuestros ingresos reales han aumentado notablemente, y otras muchas mejoras de la mayoría de la humanidad en los últimos 50 años.
Lo que esto significa , según la teoría de la “segunda curva” es que estamos en condiciones óptimas para re-pensar las formas en que dirigimos la sociedad. La complacencia es un indicador de los peligros que nos acechan, pero también lo es de las oportunidades.
Una “segunda curva” que se percibe con nitidez es la necesidad de mayor énfasis en la auto-responsabilidad. Ya no podemos confiar- dice Handy- en las instituciones educativas y en las del trabajo o empleo para que nos preparen para la vida y para que nos cuiden. En el pasado, nos fue fácil que otros dirigieran nuestras vidas; esto ya no se va a producir y esas instituciones protectoras cada vez lo van a ser menos, porque ellas mismas ya no serán permanentes sino temporales. Nuestras comunidades serán más de intereses compartidos que de radicar en las instituciones.
La curva sigmoide tiene una forma parecida a la siguiente
Utilizada como metáfora para muchos de nosotros es una idea conocida. Frases como “la curva de aprendizaje” o “ avanzar al frente de la curva” se utilizan en el mundo empresarial cuando se quiere proyectar el futuro.
Somos menos conscientes de que es mucho más; es la línea de todas las cosas humanas, de nuestras propias vidas, de las organizaciones, empresas, gobiernos, imperios, alianzas; de la propia democracia y de sus muchas y variadas instituciones. En cada caso, hay, o hubo, un período inicial de inversión; luego aparecieron los resultados y la línea se eleva y sito va bien continúa subiendo; pero llega un momento en que la curva alcanza su cota más alta y empieza a descender. Con frecuencia este descenso es prolongado, peo al final siempre espera la decadencia.
Parece que se va acelerando la velocidad de la curva, aunque los humanos la vamos extendiendo hasta casi los 90 años; sin embargo, al final siempre hay un tipo de decadencia, una perspectiva deprimente.
Pero no tiene que ser así. Siempre puede haber una segunda curva.
Lo importante es que esta segunda ha de empezar antes de que la primera llegue a la cumbre porque sólo en esta fase existen los recursos, tiempo, energía, finanzas, para soportar la caída inicial de la segunda.
Los éxitos de la primera pueden cegarnos las posibilidades de una tecnología o producto o mercados nuevos, otros nos tomarán la delantera.
Las tecnologías nuevas nos ofrecen segundas curvas; identificarlas y utilizarlas constituye el nuevo reto estratégico de la educación, de la sanidad y de las administraciones públicas. Y, por supuesto, de las empresas.
En artículos posteriores el autor irá desmenuzando los consejos de Handy para construir “segundas curvas”